lunes, 28 de septiembre de 2015

CAMINO DE SANTIAGO 2015 - VEGA DE VALCARCE - O'CEBREIRO


CAMINO DE SANTIAGO 2015
VEGA DE VALCARCE - O'CEBREIRO


PRÓLOGO:

Hostal Las Rocas en Vega de Valcarce.

La etapa anterior fue corta y cómoda, aunque mayoritariamente caminando por asfalto; la de hoy será un misterio antes de partir de Vega de Valcarce, porque nos han dicho que la llamada subida a O’Cebreiro va a ser dura. En todas las guías que hemos consultado y los comentarios del público en general hablan de la dureza del final de esta etapa. Por si acaso madrugamos y fuimos directamente a desayunar a una panadería tradicional que habíamos descubierto la tarde del día anterior y que está situada en la entrada del pueblo; por fin saboreamos los croissants que tanto habíamos echado de menos y también vimos ambiente peregrino que no habíamos visto hasta ahora; el desayuno fue espectacular en un sitio muy agradable y familiar. 

Desayunando antes del inicio de etapa.
 
DESCRIPCIÓN:

El Camino discurre por la carretera y pasaremos, después del desayuno, de nuevo por alguno de los lugares que visitamos ayer por la tarde, el puente romano sobre el río y la Iglesia de la Magdalena; iremos en suave ascenso y paralelo a la carretera nacional N-IV hasta cruzarnos con ella en la entrada de Ruitelán, una minúscula aldea con algunos servicios mínimos y donde podemos ver un puente romano sobre el Río Valcarce y la pequeña Iglesia de San Froilán. 

  

 
 Iglesia de San Froilán, en la aldea
de Ruitelan.

De vuelta al Camino, enseguida abandonamos la carretera y cogemos un desvío hacia la izquierda en busca de Las Herrerías, donde nos da la bienvenida un pequeño puente romano que cruza el Río das Lamas; hay unas cuadras con caballos que ofrecen subir a O’Cebreiro y ahorrarse así esta parte importante del Camino, nosotros por supuesto, desistimos.

 
Paisaje rural en Las Herrerías




Cruzamos esta población y seguimos de frente por asfalto bordeando el río, pasamos luego por el Caserío de Hospital, que es continuación del anterior y enseguida hacia la derecha el Camino nos hace subir un pequeño tramo por carretera hasta encontrar un desvío hacia la izquierda que llanea mediante un sendero y bordeando un arroyo, hasta que un giro brusco a la izquierda nos avisa de las primeras rampas; ascenderemos por firme con restos de empedrado y bajo frondosos castaños y robles, la subida continúa zigzagueante sin parar, bajo los árboles que nos ofrecen una fresca sombra que se agradece más si hace calor, el firme es pedregoso en algunas ocasiones y delimitado por un antiguo murete de piedra seca que lo hace ser verdaderamente espectacular.



 Primeras rampas después de Las Herrerías.
  

Un rato después estaremos en La Faba, aldea situada estratégicamente para una breve parada, donde podremos beber agua en una fuente pública y comprar algunas provisiones; a unos metros del Camino está la Iglesia de San Martín, del siglo XVI.



 
Aldea de La Faba.

Continuaremos por la carretera cementada de acceso al pueblo y una vez lo hayamos dejado atrás, seguimos siempre en ascenso por una senda empedrada que nos lleva poco a poco a vislumbrar un paisaje completamente diferente al que hemos venido recorriendo, los frondosos bosques de castaños y robles, dan paso a una vista montañosa donde abundan los amplios prados verdes que sirven de alimento a multitud de rebaños de vacas.

 

 

Continuaremos subiendo un buen rato rodeados de este magnífico panorama, la sombra que nos hacía el Camino más llevadero la echamos de menos ya que casi no hay árboles por la zona y el calor puede hacer mella en el cuerpo; sin embargo, llegaremos a otra pequeña aldea para descansar un poco, se trata de Laguna de Castilla, última población perteneciente a Castilla y León en el Camino de Santiago; pequeño núcleo donde hay un albergue y una fuente de agua pública donde poder repostar.

 

Después de pasar de largo dicha fuente, nos desviamos a la izquierda para ascender, con menor desnivel, por una senda de tierra con vistas panorámicas hacia el verde paisaje gallego; en un momento determinado, un gran mojón en el Camino, es parada obligatoria para una foto, un trago de agua y admirar el verde paisaje que rodea el lugar; es el límite entre la Comunidad Autónoma de Castilla y león y la de Galicia, por lo tanto en unos pasos estaremos en Galicia, pareciéndonos que ya el Camino se hará más corto.

 

Cambiamos de Comunidad Autónoma.

El Camino sigue la senda que a cada paso suaviza su desnivel y va avanzando entre largas rectas, por firme compacto y rodeado de frondosa vegetación; las vistas son fantásticas, un verde paisaje montañoso y de grandes prados que nos rodea, hace más llevadera la marcha a pesar del calor.




De pronto un alto muro de piedra que bordea el recorrido, donde crecen grandes árboles y mucha vegetación, nos indica que quedan poco metros para coronar esta magnífica etapa; en un momento estaremos en la carretera, ya solo nos queda cruzarla con precaución y andar junto a un muro de piedra y en unos metros entramos en O’Cebreiro. Maravillados de ver tan bonito lugar, una auténtica aldea donde todas las construcciones son de paredes de piedra y techos de pizarra y donde se respira tranquilidad y sosiego.

 Llegada a O'Cebreiro
 

A la entrada del pueblo encontramos el hostal, de pequeñas y confortables habitaciones rústicas; decidimos antes de subir a descansar, tomarnos unas cervezas y comentar un poco lo que decían que era la etapa reina del Camino; nosotros no lo vimos así, tampoco fue para tanto, me refiero a la “dura” subida.
 

Iglesia de Santa María la Real en O'Cebreiro.

Después almorzamos en uno de los restaurantes del pueblo y fuimos a descansar; por la tarde oímos la misa del peregrino y paseamos por el centro y aledaños del pueblo, observando cada rincón y quedándonos maravillados de todo lo que veíamos; había ambiente peregrino, de turistas y mucha gente en la calle, en la pequeña aldea se respiraba vida.

  
 De paseo por el pueblo.


 

 
 Payosa, construcción típica.

Empezaba a hacer frío al anochecer y las nubes se preparaban para darnos una sorpresa no muy agradable que duraría toda la noche y parte del día siguiente; por fin a descansar al pintoresco hotel para seguir nuestro Camino al día siguiente.



© Texto de Francisco Fariña.
© Fotografías de Francisco Fariña y Javier López.


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