viernes, 25 de abril de 2014

CASERÍO DE CATALANES - PICO DEL INGLÉS - CASERÍO DE CATALANES


CASERÍO DE CATALANES - 
PICO DEL INGLÉS - 
CASERÍO DE CATALANES
(Por el Monte Aguire) 


FICHA DE LA RUTA 

TÉRMINO MUNICIPAL: Santa Cruz de Tenerife. 
COMO LLEGAR: Al punto de partida en el Caserío de Catalanes se llega desde La Laguna por la carretera de Las Mercedes, la TF-12, que inmediatamente después del punto kilométrico 18 hay un cruce a la derecha señalizado que nos lleva directamente al centro urbano. 
COMIENZO: Caserío de Catalanes. 
FINAL: Caserío de Catalanes. 
DIFICULTAD: Baja. 
DURACIÓN: 5 horas. 
LONGITUD: 10,3 Km. 
PROVISIÓN DE AGUA: Junto a la plaza hay un bar; En la Galería el Francés hay una llave; en alguna tubería que cruza el camino de regreso. 
LUGARES DE INTERÉS: Plaza e Iglesia del Caserío de Catalanes; Pico del Inglés; Cada una de las galerías de agua; El Monte de Aguirre tiene su acceso controlado ya que está dentro de una zona de exclusión, por lo tanto es necesario solicitar un permiso al Cabildo de Tenerife; Vistas panorámicas desde algunos puntos del recorrido. 
VENTAJAS: Recorrido de alto valor paisajístico; El interior del Monte de Aguirre es un trayecto muy solitario y tranquilo. 
INCONVENIENTES: Ninguno digna de mención. 
PELIGROSIDAD: Nula. 
TIPO DE RUTA: Senderismo.

PUEDES SEGUIR ESTA RUTA EN WIKILOC:


MAPAS Y CARTOGRAFÍA


DESCRIPCIÓN

Plaza e Iglesia de Catalanes.

Desde la Plaza del pequeño Caserío de Catalanes, donde está la Iglesia de dicho núcleo urbano, veremos de frente como en la calle asfaltada por donde hemos accedido hay un letrero que reza “Camino de la Fortaleza” en el inicio de un estrecho sendero que asciende junto a una casa-cueva; por esa senda, que discurre por un lomo junto al Barranquillo de los Laureles, tendremos que subir entre Piteras (Agave americana), Pencones (Opuntia maxima) y Tederas (Bituminaria bituminosa) dejando detrás las fantásticas vistas de los barrancos y montañas que rodean este magnífico valle. 


Inicio del Camino de la Fortaleza.

Empedrado.

Con firme empedrado y bastante sinuoso iremos tomando altura y regocijándonos cada vez mas con el paisaje que se extiende a nuestro alrededor, siendo notorio el Roque Marrubial (722 m.) y algunos picos como el Roque de los Brezos (716 m.), que conforman una cuerda montañosa que se precipita hacia la costa de Santa Cruz de Tenerife.

Caserío de Los Catalanes desde el camino.

El camino continúa con algo menos de desnivel, aunque muy sinuoso y sigue con firme adoquinado; discurre luego entre algunos Brezos (Erica arborea) y bordeado de mucha vegetación, como por ejemplo de multitud de Flores de Mayo (Senecio webbii), algunos Codesos de Monte (Adenocarpus foliolosus), Inciensos (Artemisia thuscula), Morgallanas (Ranunculus cortusifolius) y un largo etcétera. 


Llegaremos a una bifurcación en la zona conocida como Partecaminos, bajo el Lomo de Lera; a la izquierda hay una señal de madera que indica la dirección a seguir hacia La Fortaleza y Valleseco y a la derecha continuaremos nuestro recorrido hacia el Pico del Inglés; seguiremos por un paso algo estrecho y expuesto que asciende muy suavemente bajo un bosque de Brezos (Erica arborea), a nuestra izquierda iremos resguardados por un talud rocoso donde crecen Cerrajones (Sonchus acaulis), Bejeques de Anaga (Aeonium ciliatum) y Helecheras (Pteridium aquilinum); luego continuaremos por firme un poco más degradado y algo resbaladizo y más adelante pasaremos junto a una pared de tosca que alberga unas surgencias de agua que forman un manantial natural de agua, el espacio está rodeado de mucha vegetación, mayoritariamente Helecheras (Pteridium aquilinum), que aprovechan la humedad de la zona para crecer abundantemente. 




Enseguida veremos un amplio terreno en una curva del sendero que se asoma espectacularmente al paisaje del valle que rodea el caserío; el Roque del Agua (941 m.) y el Roque Marrubial (722 m.) son los majestuosos guardianes del entorno, así como la cantidad de barrancos y montañas que terminan en la costa. Luego caminaremos combinando largos tramos empedrados que zigzaguean bajo un tupido bosque de Brezos (Erica arborea) y algunos trechos más degradados y terrosos con algunos escalones de piedra que han quedado del antiguo adoquinado. Más adelante y con menos desnivel de ascenso, el firme presenta un terreno más compacto y avanza junto a un talud rocoso cubierto de Flores de Mayo (Senecio webbii), Bicacareras (Canarina canariensis), Bejeques de Anaga (Aeonium ciliatum) y un sinfín de vegetación característica del Macizo de Anaga, que termina luego en un cruce de caminos en la zona conocida como Cuatro Caminos; a la izquierda hay una señal de hierro muy oxidada que indica la dirección a tomar para ir al Barrio de la Alegría, pasando por La Fortaleza y bordeando luego el Barranco de Valle Luis y al final el Barranco de Tahodio. Otro camino a nuestra izquierda es el PR-TF-2, que viene desde Valleseco y que utilizaremos para el regreso, siguiendo su curso de frente haciendo caso de una señal vertical de dicho PR.

Laurisilva.

Bifurcación hacia el Barrio de la Alegría (i).

Restos de una antigua construcción.

Continuaremos por dicho sendero marcado, que progresa llaneando al principio un largo trayecto y luego tomando altura paulatinamente cuando pasemos junto a los restos de una antigua edificación que está casi oculta por la frondosa vegetación; luego el desnivel se acentúa en el Lomo de los Catalanes y ascenderemos por terreno muy erosionado que se convierte en muy resbaladizo en temporada de lluvias, los bordes del camino están cubiertos de Morgallanas (Ranunculus cortusifolius), Bicacareras (Canarina canariensis), Flores de Mayo (Senecio webbii), Cerrajones (Sonchus acaulis) y Bejeques de Anaga (Aeonium ciliatum), discurriendo bajo un espeso bosque de Brezos (Erica arborea), Hijas (Prunas lusitanica), Hayas (Myrica faya) y algún Acebiño (Ilex canariensis). 

Cruce con el PR-TF- 2 (i).


Después de un tramo pedregoso, llegaremos a La Atalaya donde hay una bifurcación que se desvía del camino principal hacia la derecha, que en forma de sendero se dirige hacia la base del Roque del Agua y a la carretera TF-12, terminando cerca de la Degollada de las Hijas, en el cruce con la carretera de Roque Negro. Desde el principio de este camino tendremos unas vistas panorámicas del Roque del Agua y del valle colindante, donde se asienta el Caserío de Catalanes, punto de partida de nuestra ruta, pudiéndose distinguir a lo lejos los Roques de Anaga, el Roque de las Monjas y el Roque Chinobre.

Roque del Agua.

De vuelta a nuestro sendero principal, seguiremos siempre en ascenso, avanzando mediante algunos escalones tallados en la tosca del firme y luego rodeados de una majestuosa vegetación característica de la Laurisilva; mas adelante llanearemos un corto tramo donde crecen multitud de Morgallanas (Ranunculus cortusifolius) y Patagallos (Geranium reuteri) y luego comenzaremos de nuevo a subir con fuerte desnivel pasando junto a una edificación que alberga una gran antena de telecomunicaciones. 

Laurisilva.

Después, un tramo muy pedregoso continúa ascendiendo hasta llegar a otra construcción que rodearemos y abandonaremos luego por una pendiente rocosa llegando a desembocar en el asfalto de la carretera del Pico del Inglés; a la izquierda hay un acceso de tierra en forma de pasillo que se dirige hacia el punto más alto, donde está el Mirador del Pico del Inglés (989 m.). Desde este mirador es imposible resistirse al evocador paisaje que se extiende bajo nuestros pies, el Valle de Tahodio, que se encauza por el Barranco de Tahodio hasta el Barrio de la Alegría; la llamada Vega Lagunera, una extensa planicie donde se asienta la Ciudad de San Cristóbal de La Laguna; la vertiente dorsal de la isla, que separa los Valles de Güimar y de La Orotava en las inmediaciones del Pico del Valle o de Cho Marcial (2022 m.), y finalmente coronando todo el entorno, el omnipresente Teide (3718 m.) que con su inseparable Montaña Blanca (2747 m.) hacen de este paisaje uno de los más impresionantes de la isla.

Panorámica desde el Pico del Inglés.

Después de disfrutar del paisaje en el mirador, continuaremos con la ruta por el asfalto, en pocos metros pasaremos junto a La Cruz de Afur, un minúsculo santuario con una cruz de madera; mas adelante, cuando estemos a la altura de una casa de color verde que alberga varias antenas de telecomunicación, nos fijaremos a mano izquierda como hay un angosto paso, en el arcén de la carretera, que conecta enseguida con un estrecho sendero que desciende algo resbaladizo, internándose en el Monte de Aguirre; es este bosque de laurisilva un espacio natural de uso restringido, donde se hace necesario solicitar un permiso previo para visitarlo, Solicitud permiso Monte Aguirre

Monte de Aguirre.

La senda desciende sinuosa entre un vergel de frondosa Laurisilva, compuesta de hermosos ejemplares de las especies más características de la zona, como Brezos (Erica arborea) Hayas (Myrica faya), Acebiños (Ilex canariensis), Barbuzanos (Apollonias barbujana), Laureles (Laurus novocanariensis) y otros, acompañadas de un sotobosque de Hiedras Canarias (Hedera canariensis), Bicacareras (Canarina canariensis), Morgallanas (Ranunculus cortusifolius) y otras muchas. Más adelante suaviza su desnivel y casi llanea por una superficie bastante estrecha y con firme muy compacto; en poco tiempo, por Las Quebradas, alcanzaremos la Galería de Afur, ubicada en la cabecera de un barranquillo, cuya bocamina se encuentra cerrada con una puerta de hierro y perfectamente señalizada; desde la misma surge una tubería de agua que avanza junto al sendero y lo atraviesa varias veces mientras progresamos por él, al mismo tiempo veremos algunas arquetas de cemento, a modo de registro y control del caudal de agua. 


Arquetas de las galerías y tomas de agua.

Seguiremos en suave descenso sorteando algunos árboles que han crecido tumbados hacia el camino y poco después, por la Hoya de los Helechos y en la cabecera de un angosto barranquillo, pasaremos de largo la Galería de las Moscas, que está emplazada bajo una oquedad de un talud rocoso. La senda continúa, esta vez con algunos tramos un poco expuestos, donde crece abundantemente la Bicacarera (Canarina canariensis); luego, en un espacio medianamente amplio encontraremos la Galería el Francés donde hay una arqueta en el exterior con una llave de agua donde poder abastecernos y refrescarnos. 


Bicacarera (Canarina canariensis).

Continuaremos la marcha, siempre bajo la belleza de la densa Laurisilva y donde podremos escuchar y, en menos medida observar, a las esquivas aves características de este tipo de vegetación, como son la Paloma Turqué (Columba bollii) y la Paloma Rabiche (Columba junoniae); unos instantes después, pasaremos junto a la Galería de los Arroyos, situada al fondo de un pasillo natural bordeado con una pared de piedra seca que termina bajo una pared rocosa. Más adelante, el sendero aparece bordeado por multitud de Morgallanas (Ranunculus cortusifolius), Cerrajones (Sonchus acaulis), Flores de Mayo (Senecio echinatus) y Patagallos (Geranium reuteri) en las inmediaciones de la Hoya el Viñátigo, justo en una bifurcación que utilizaremos para el regreso; pero antes avanzaremos unos metros hasta terminar en La Asomada, un amplio espacio rodeado de Brezos (Erica arborea) y Codesos (Adenocarpus foliolosus) con firme de tosca y abierto al Barranco de Tahodio, con unas vistas panorámicas espectaculares de dicho cauce y hacia el Teide (3718 m.); cerca se encuentran las ruinas de una antigua casa forestal y el sendero continúa muy erosionado entre Piteras (Agave americana), Inciensos (Artemisia thuscula) y Pencones (Opuntia maxima) hacia el Camino de Jardina, una pista que va hacia el núcleo urbano de Jardina.

Paisaje desde La Asomada.

Al fondo el Barrio de la Alegría.

Volveremos hacia detrás después de tomar un descanso y disfrutar de las vistas; un ejemplar seco de Eucalipto (Eucalyptus globulus) nos servirá de referencia para encontrar la bifurcación que se encuentra a la derecha y que desciende algo resbaladiza para retomar una senda muy estrecha que avanza casi paralela a la que hemos venido caminando anteriormente; la vegetación que bordea el trayecto es de las misma característica y el recorrido se torna un poco más expuesto. 



En las cabeceras de los numerosos barranquillos por donde vamos progresando hay que tener cuidado, ya que el firme antiguamente cimentado con piedras, se ha ido degradando paulatinamente y hay tramos algo desprendidos; al ser un recorrido poco usual y mínimamente visitado por caminantes asiduos del Macizo de Anaga, está en muchos tramos cubierto por la densa vegetación y continuamente interrumpido por las ramas y troncos de los árboles mas ramificados. 

Laurisilva.

Hay zonas más llanas y amplias, pero generalmente hay que tener sumo cuidado con las zonas más expuestas ya que las fugas y precipicios son muy abundantes; también hay unos tramos despejados con vistas al Barranco de Tahodio, al Roque Lombarda (619 m.) y el Pico de las Palomas (678 m.), una masa rocosa compuesta por grandes rocas casi desprendidas. En algunas tuberías de agua que se cruzan con el sendero, pertenecientes a las galerías que anteriormente nos fuimos encontrando, hay tomas de agua donde poder refrescarnos y proveernos de la misma. Continuaremos el recorrido casi llaneando hasta que más adelante veamos una roca de grandes dimensiones en el punto donde desembocaremos en el PR-TF-2, que viene por nuestra derecha en ascenso desde Valleseco; seguiremos a la izquierda subiendo por firme bastante degradado, aunque las raíces de muchos de los árboles que bordean el camino han quedado al descubierto y nos servirán como escalones dispuestos casualmente. 


Degollada del Viento.


Luego zigzaguea con fuerte desnivel y después llegaremos a la Degollada del Viento, donde se asoma un mirador natural junto al sendero y sobre unas rocas, desde donde se distingue el amplio cauce del Barranco de Tahodio, el Teide (3718 m.) y el Risco Araña (775 m.). A partir de aquí la subida es constante, con firme de tosca rojiza y bastante erosionado, haciéndose bastante resbaladizo en temporada de lluvia; los Cerrajones (Sonchus acaulis) son muy abundantes, así como Morgallanas (Ranunculus cortusifolius), Bicacareras (Canarina canariensis), Crestas de Gallo (Isoplexis canariensis), etc. 



Llegará un momento que alcanzaremos de nuevo el lugar de Cuatro Caminos, encontrándonos con el camino que subimos desde el Caserío de Catalanes y con otra bifurcación señalizada con una señal oxidada que indica la dirección hacia el Barrio de la Alegría; iremos de regreso y desandaremos el camino que nos trajo desde dicho caserío, descendiendo por algunos tramos de fuerte desnivel que se vuelven algo delicados en temporada de lluvias por lo resbaladizo del terreno; a partir del cruce de caminos donde se bifurca el sendero hacia La Fortaleza, iremos en descenso sinuoso con firme empedrado y con vistas permanentes del caserío y del valle que se extiende hasta la costa de Santa Cruz. Llegaremos por fin a la plaza desde donde comenzamos el recorrido, un sitio apacible donde poder descansar un buen rato admirando el fantástico paisaje del Macizo de Anaga.

De regreso al Caserío de Los Catalanes.


© Texto y fotografías de Francisco Fariña
    francisco_farina@yahoo.es


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