martes, 27 de diciembre de 2011

AFUR - PLAYA DE TAMADITE - AFUR


AFUR - PLAYA DE TAMADITE - AFUR
(Por el PR-TF-8 y por el Camino de Palos Hincados)


FICHA TÉCNICA

TÉRMINO MUNICIPAL: Santa Cruz de Tenerife.
COMO LLEGAR: Al Caserío de Afur se llega mediante la carretera TF-136 que comienza entre los kilómetros 18 y 19 de la TF-12 que viene desde Las Canteras.
COMIENZO: Caserío de Afur.
FINAL: Caserío de Afur.
DIFICULTAD: Media.
DURACIÓN: 5 Horas.
LONGITUD: 11,6 Km.
PROVISIÓN DE AGUA: En la Venta de José Cañón en el Caserío de Afur; en el Caserío de Taborno; en una fuente pública en las inmediaciones de El Frontón.
LUGARES DE INTERÉS: Caserío de Afur; Venta de José Cañón; Barranco de Afur; Playa de Tamadite; Barranco de Palos Hincados; Caserío y Roque de Taborno; Lomo del Viso con vistas panorámicas de Taborno y el Valle de Afur.
VENTAJAS: Recorrido circular, señalizado como PR-TF-8 hasta la Playa de Tamadite.
INCONVENIENTES: El Camino de Palos Hincados, desde la Playa de Tamadite al Caserío de Taborno está sin señalizar y la senda es propensa a perder su trazado original; tiene algunos pasos expuestos y con un desnivel superior a 45º.
PELIGROSIDAD: Media.
TIPO DE RUTA: Senderismo.

PUEDES SEGUIR ESTA RUTA EN WIKILOC


CARTOGRAFÍA


DESCRIPCIÓN

La Ermita de San Pedro en el Caserío de Afur, se encuentra rodeada de una pintoresca plaza bajo el imponente Roque Páez (586 m.), pitón rocoso que sobresale de otros que rodean el Valle de Afur, formado por altas y escarpadas laderas donde podemos ver el Roque Negro (741 m.), el Roque del Fraile (710 m.) y el Lomo del Viso con el Roque de Taborno (706 m.), que recorre una vertiente del Barranco de Afur hasta el mar, en la Playa de Tamadite.

Plaza en el Caserío de Afur.

Desde la misma plaza comenzaremos el trayecto siguiendo la señalización del PR-TF-8 que se dirige por una calle por Los Huertos, entre algunas casitas aisladas y varias huertas de cultivo hasta que un giro brusco a la derecha nos hace ir por un sendero con firme terroso a cruzar la Pista de Lomo Centeno e ir hacia el cauce del Barranco de Afur; dicha senda discurre por el margen del mismo barranco y va descendiendo suavemente bordeando su propio cauce, que dicho sea de paso está invadido de un espeso y frondoso Cañaveral (Arundo donax).

Ermita de San Pedro (i).

Entre Vinagreras (Rumex lunaria) y algunas Piteras (Agave americana), que conviven con Verodes (Senecio kleinia), Tabaibas (Euphorbia mellifera) y Matorriscos (Lavandula buchii), vamos progresando junto a una pared rocosa de curiosas formaciones erosivas y mas adelante, junto a una roca de grandes dimensiones, el camino da un giro brusco a la derecha para continuar llaneando entre Inciensos (Artemisia thuscula) y Matorriscos (Lavandula buchii), siempre bajo la imponente cuerda montañosa que forma una de las vertientes del Barranco de Afur.

Sendero vallado en Los Pasos.


Mas adelante, por Los Pasos, una valla de madera algo precaria protege parte del sendero y remonta un poco mediante algunos escalones tallados en el firme, luego baja repentinamente por otra escalera donde el pasamano está mas degradado aún, teniendo que avanzar con mucho cuidado porque el desnivel es bastante acusado. Continúa descendiendo mas suavemente y sin protección bajo Las Laderas del Charquillo y discurre sin problema con firme compacto y llaneando entre Tabaibas (Euphorbia mellifera) y algunos Pencones (Opuntia maxima) aislados. 


Arroyo en el Barranco de Afur.

Después nos encontraremos en lo alto del Lomo del Descargadero, en un tramo algo rocoso donde el mismo sendero se convierte mas adelante en una bajada resbaladiza y muy sinuosa por la cual tendremos que ir; antes de llegar al cauce del barranco caminaremos sobre unos escalones tallados en la piedra volcánica y mas adelante otra valla de madera bastante deteriorada nos deja en la propia cuenca del barranco, donde es frecuente que fluya un arroyo de agua, pudiendo tener algún pequeño inconveniente en cruzarlo durante la temporada de lluvias; en dicho cauce podremos ver algún Sauce Canario (Salix canariensis), habitual de las orillas de los arroyos del Macizo de Anaga y una exuberante vegetación característica del lugar, como los extensos Cañaverales (Arundo donax) y algunos Juncos (Juncus acutus).

Vista general del barranco, con Roque Negro al fondo (d).

Cascada en al cauce del Barranco de Afur.

Después de cruzarlo, remontaremos por unos escalones de piedra en otro tramo protegido por un pasamano de madera y mientras vamos tomando altura, se hace mas evidente la vista de un salto de agua que corta un enorme dique rocoso que atraviesa el barranco de lado a lado; el agua se estanca en una poza y sigue fluyendo luego por el cauce hasta el mar. El sendero se estrecha un poco y discurre a partir de aquí por una loma donde crecen Jaguarzos (Cistus monspeliensis), Vinagreras (Rumex lunaria), Tabaibas (Euphorbia mellifera) y Pencones (Opuntia maxima); lleva su trazado en suave pendiente y con firme bastante compacto; a medida que ascendemos, si echamos la vista atrás, nos sorprenderá la fabulosa panorámica compuesta de gran parte del camino recorrido junto al Barranco de Afur con su constante arroyo de agua, de las laderas colindantes y de Roque Negro (741 m.), protagonizando dicho espectáculo visual. Un poco mas adelante llanea bajo El Cerrillar y después vuelve a descender bruscamente por firme muy pedregoso, hasta que de nuevo discurre casi llano; bajo el sendero se precipita una ladera rocosa perteneciente al barranco, donde crecen algunos Cardones (Euphorbia canariensis) y en el cauce de dicho barranco numerosas Cañas (Arundo donax) y Juncos (Juncus acutus) en los márgenes del arroyo.

Panorámica de la Playa de Tamadite (i).

Tramos finales del Barranco de Afur antes de la playa.


Repentinamente, después de una cerrada curva del sendero a la izquierda, en la Cruz del Draguito, nos toparemos con la majestuosa imagen de un enorme murallón rocoso en las inmediaciones del sendero de subida que nos llevará a Taborno por el Camino de Palos Hincados; en su base hay una pequeña casita rodeada de unas huertas de cultivo y en los riscos de los alrededores, que son de color rojizo volcánico, destacan notablemente una población inmensa y a la vez dispersa, de Cardones (Euphorbia canariensis). El trayecto sigue su curso en dirección a dicha finca, pasando luego entre los muros de las huertas donde crecen algunas parras y plataneras y vuelve a descender bordeando el barranco y sobre una poza de agua alimentada por una cascada de agua; se da la curiosidad de que en este charco moraban algunos ejemplares de Anguilas (Anguilla canariensis), especie de origen foráneo que nace en el mar y pasa a vivir en charcos y pozas de agua dulce y que actualmente están prácticamente extintas en las islas; antiguamente el Barranco de Afur, antes de mermar su caudal de agua, era morada de estas especies animales y los antiguos habitantes las pescaban, bien para alimentarse, para tenerlas en acuarios, o también para usarlas como remedios naturales contra el alcoholismo, entre otros.


Dejando atrás esta poza, desembocaremos por una zona rocosa en el propio cauce del barranco, que en esta zona se amplía entre sus laderas, y seguiremos junto al arroyo por un sendero no muy marcado y con firme pedregoso, veremos como hacia la derecha asciende un pedregoso sendero que sube por Los Llanos, en la base del Roque Marrubial (487 m.) y que se dirige por el PR-TF-8, el cual abandonaremos en este lugar, hacia Taganana; dicho camino lo ignoramos y seguiremos cauce abajo hasta alcanzar la Playa de Tamadite, una pequeña ensenada de arena negra volcánica y grandes pedruscos que se extiende desde la Punta de Tamadite, bajo las laderas rocosas del Roque Marrubial (487 m.) hasta el Lomo de las Pesquerías, unas pendientes rocosas llenas de Cardones (Euphorbia canariensis), que se precipitan verticalmente hacia el mar.

Casa en la Playa de Tamadite.

A un lado de la playa hay una casa hecha de piedra, rodeada de una valla y un camino de acceso a la misma; al otro lado hay algunas rocas de gran tamaño dispuestas en la arena de la playa y teniendo toda la pinta de estar aquí debido a algún desprendimiento de las laderas contiguas.

Buscando el Camino de Palos Hincados...

... entre riscos y Cardones.

Nos dirigiremos a la casa y buscaremos un sendero que asciende paulatinamente bordeando el cauce del barranco, tendremos precaución de no desviarnos hacia la derecha buscando las resbaladeras rocosas de El Fraile (349 m.), que nos llevaran por unas vertientes pedregosas cargadas de Cardones (Euphorbia canariensis) hacia una serie de riscos expuestos al mar. Continuamos por el sendero entre Tabaibas (Euphorbia mellifera), Cornicales (Periploca laevigata) e Inciensos (Artemisia thuscula), en dirección a una vieja casa cubierta de planchas de Uralita y algo descuidada; dejándola a nuestra izquierda, sigue el sendero en ascenso entre las paredes rocosas de unas huertas y continúa subiendo algo pedregoso hacia otra casa, también con aspecto ruinoso y asentada bajo un enorme roque cuyas paredes están cubiertas de huertas abancaladas y abandonadas.

Barranquillo del Agua.

El trazado del camino pasa ahora por una zona con firme rocoso, con un desnivel muy acusado y va bordeando el Barranquillo del Agua, hasta que en un momento determinado llanea al llegar a las inmediaciones de la casa, la cual dejaremos a nuestra izquierda para comenzar a ascender con fuerte pendiente junto a un viejo vallado; discurre por firme muy deteriorado entre una masa inmensa de Cornicales (Periploca laevigata), Vinagreras (Rumex lunaria), Tabaibas (Euphorbia mellifera) y algunos Pencones (Opuntia maxima); en los riscos colindantes del Risco Caído, donde crecen multitud de Cardones (Euphorbia canariensis), también podemos ver algún Drago (Dracaena draco) en estado salvaje. Continúa luego por unos escalones de piedra junto a los restos de algunos muros de viejas huertas y si volvemos la vista atrás, podemos regocijarnos con la fabulosa estampa del Roque Marrubial (487 m.) y el Roque de Fuera (64 m.), uno de los roques de los que está compuesto los Roques de Anaga, paraje catalogado como Reserva Natural Integral.

Roque Marrubial desde el Camino de Palos Hincados.

Sendero muy expuesto y horadado en la roca.

Seguidamente llanea un corto espacio de tiempo y vuelve a ascender con fuerte pendiente entre Cardones (Euphorbia canariensis), Verodes (Senecio kleinia), Tederas (Bituminaria bituminosa), y Morgallanas (Rannunculus cortusifolius), encontrándonos unas piedras colocadas a modo de escalinata por un tramo algo expuesto donde tendremos que estar atentos al firme; luego se estrecha y discurre bordeando parte del cauce del Barranco de Palos Hincados hasta que lleguemos a una cuevas de poca profundidad horadadas en la toba volcánica de color rojizo; por los alrededores hay un auténtico jardín natural donde podremos ver especies como Espineras o Leña Negra (Ramnus crenulata), Malpicas Cabezotes (Carlina salicifolia), Granadillos (Hypericum canariensis), Bejequillos Gomereta (Aeonium lindleyi), Palominos (Echium plantagineum), Bicacareras (Canarina canariensis) y una especie muy rara en la naturaleza como la Malva de Risco (Lavatera phoenicea).


El sendero sigue su curso paralelo a dicha cueva y luego asciende por unos escalones tallados en la roca por algunos pasos bastante expuestos, mas adelante un dique rocoso que se asoma al barranco nos ofrece una amplia panorámica de parte de la Playa de Tamadite, del Roque Marrubial (487 m.) y del Barranco de Afur. Mas adelante continúa menos empinado y bordeando de nuevo el Barranco de Palos Hincados; veremos el Salto de Tamadite, una cascada estrecha y totalmente vertical que muere en una gran poza de agua y continúa en forma de arroyo, barranco abajo.

Salto de Tamadite.

La senda se prolonga esta vez de forma llana, cimentada por un murete de piedra y por firme con restos de empedrado, cruzando un barranquillo y volviendo un poco mas adelante a ascender con fuerte pendiente por un tramo de escalones horadados en la roca; parece que la subida se hace interminable cuando crucemos el cauce del Barranco de Palos Hincados por una zona muy rocosa, para luego volver a remontar de nuevo mediante algunos escalones y seguir zigzagueando por un tramo algo expuesto; mas adelante el recorrido se vuelve un poco mas llano y pasa junto a una pared de toba volcánica de color rojizo, el sendero se va adentrando hacia el interior de una especie de valle rodeado de grandes paredes rocosas desde donde la imagen que teníamos del Roque Marrubial (487 m.) y la Playa de Tamadite va desapareciendo poco a poco.

Roque Marrubial (d) y el Roque de Dentro (i).



De nuevo, el camino discurre por una fuerte subida con firme abrupto y bordeado por un dique rocoso, donde nacen algunos Verodes (Senecio kleinia) y multitud de Zarzas (Rubus ulmifolius); nos encontraremos un cruce de senderos casi inapreciable, si nos fijamos bien hay un murete de piedras que cimenta un acceso hacia la derecha que se dirige a la base del Roque de Taborno (703 m.), del cual tendremos las primeras imágenes. Seguiremos ascendiendo entre Helecheras (Pteridium aquilinum) y de nuevo el Roque Marrubial (487 m.) se nos presenta majestuoso e inalcanzable, flanqueado por una cadena montañosa donde destacan el Roque del Tablero (683 m.), El Fraile y la Monja (526 m.) y los Roques del Fraile (706 m.), sobre el Valle de Afur; y tras el y en la lejanía, el Roque de Dentro (178 m.), frente a otra cuerda montañosa formada por el Roque del Aderno (461 m.) y el Roque Bichuelo (653 m.), ambos situados en las inmediaciones de la Montaña Tafada (593 m.), por donde pasa el recorrido del PR-TF-6.1, que tiene su inicio en el Caserío de Chamorga y finaliza en la Playa de Roque Bermejo.

La subida es constante.


Continuamos con desnivel mas suave, aunque siempre en ascenso, adentrándonos en el Fayal – Brezal (Myrica faya y Erica arborea) y sin perder las vistas del Roque de Taborno (703 m.), que se alza esplendoroso sobre nuestras cabezas; el sendero discurre estrecho y por firme muy pedregoso, mas adelante continúa bordeado por un muro de piedra seca y a medida que continuemos se va librando de la vegetación y nos va regalando unas vistas increíbles de casi todo el camino recorrido por el Barranco de Palos Hincados, de parte de la Playa de Tamadite y de los valles colindantes y como no, del Roque de Taborno (703 m.), que llegados a este punto, toma el protagonismo del recorrido. 

Llegando a Taborno.

Roques de Anaga tras el Roque Bichuelo.

Luego la senda asciende con fuerte pendiente y muy sinuosa por una zona rocosa, el firme está empedrado y el trazado está encajado y a veces horadado entre la superficie pétrea; va discurriendo entre Brezos (Erica arborea), Inciensos (Artemisia thuscula) y algunos Codesos (Adenocarpus foliolosus) y termina después llaneando sobre el Lomo el Corral junto a unas casas, hasta que en pocos metros nos encontremos en La Gollada, un collado rocoso y muy expuesto donde hay una fuente de agua en un espectacular y panorámico lugar para observar el paisaje que rodea este paraje.

Roque de Taborno (i) y fuente en La Gollada (d).

Valle de Afur.

Este sitio es un cruce de caminos que encontramos cuando realizamos la ruta LAS CARBONERAS - TABORNO, que partiendo del Caserío de Las Carboneras, terminamos rodeando el Roque de Taborno (703 m.), para regresar mas tarde al lugar de origen.

Información en el Mirador Fuente del Lomo.

Barranco de Taborno bajo el Roque de Taborno.

Continuaremos adentrándonos en el Monte de la Hoya, después de ignorar un sendero estrecho que se dirige hacia el Caserío de Taborno por la derecha y otro a nuestras espaldas que va hacia el Roque de Taborno (703 m.); el recorrido es en suave ascenso por un camino cementado y con algunos escalones que, bajo grandes ejemplares de Loros (Laurus novocanariensis) y Tiles (Ocotea foetens), especies características de la laurisilva canaria, se dirige entre multitud de Capitanas (Phyllis nobla) y Patagallos (Geranium reuteri) hasta alcanzar el Mirador Fuente del Lomo, donde hay un cartel explicativo a propósito de dicho ecosistema y un balcón  natural hacia el Valle de Afur, a la costa y hacia el Roque de Taborno (703 m.), que bien merece una larga pausa.

Por el PR-TF-9, bajo el Lomo de la Haya.

PR-TF-9 por el Lomo del Viso y conexión con el PR-TF-2.1.

Retomaremos el camino por una calle ancha, adoquinada y protegida por una valla de hierro que nos llevará directamente a la plaza principal del caserío donde se halla la Ermita de la Virgen de Fátima; pasaremos de largo dicha Iglesia y llegaremos a la carretera TF-138, donde hay una parada de guaguas y una rampa empedrada que nos enlaza con el sendero PR-TF-9 que comienza en el Caserío de Las Carboneras y termina en el de Afur, población donde pretendemos terminar esta ruta. Por dicha rampa continuaremos nuestro recorrido, ignorando el PR-TF-2 que asciende con fuerte pendiente hacia el Pico del Inglés (979 m.) y dirigiéndonos por un sendero prácticamente llano bajo el Lomo de la Haya y con vistas panorámicas del Caserío y Roque de Taborno (703 m.), hasta conectar con el Lomo del Viso donde encontraremos una conexión con la variante PR-TF-2.1 que pertenece al sendero principal PR-TF-2, que como se cita anteriormente, comienza en el Pico del Inglés (979 m.).

Valle de Afur desde El Frontón.

Señalización en Lomo Centeno (i).

Llegando de nuevo al Caserío de Afur.


Seguiremos a la izquierda, descendiendo por dicho lomo bordeando el Barranco de Guardaz y luego el sendero gira bruscamente a la derecha y comienza a zigzaguear algo resbaladizo descendiendo hacia el núcleo de población de El Frontón; mas adelante y después de rebasar una fuente de agua, continúa por el Lomo el Pino pisando superficie con restos de empedrado y con vistas vertiginosas hacia el Valle de Afur, el cual no perderemos de vista en ningún momento. Largos trayectos en línea recta siguen descendiendo suavemente por el Lomo Centeno, pasando junto a algunas casas y llegando mas tarde a cruzar el cauce del Barranco del Agua, donde puede apreciarse un permanente arroyo de agua, el cual cruzaremos sobre un puente de cemento y continuaremos remontando suavemente por el Llano del Corral hasta llegar a unas escaleras que acceden a la trasera de la Ermita de San Pedro, situada en la plaza principal del Caserío de Afur, que nos sirvió de punto de partida de tan interesante recorrido.

 
© Texto y fotografías de Francisco Fariña